Mariano Trujillo, que esa tarde batió tres veces la meta de Oswaldo Sánchez, abrió el marcador a los 7’. Volvió a convertir a los 21’ y 63’. Omar Bravo, que aún no imaginaba que se convertiría en el máximo anotador en la historia de Chivas, igualó el marcador a los 11’. Pero el uruguayo Álvaro “Bola” González, Jaime Lozano, un autogol de Johnny García y Luis Ignacio “Gonzo” González, que jugaba con los rojiblancos apenas un año atrás, redondearon lo que ha sido la segunda peor goleada para Chivas en la época profesional del futbol mexicano.
La rivalidad entre Pumas y Chivas se encendió esa tarde. La Final del Clausura 2004, ganada por Universidad, y aquel 5-1 del Rebaño en CU, en el Apertura del mismo año, le dieron a este partido, la etiqueta definitiva de Clásico.
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