La tarea fue ardua. Después de realizar muchos bocetos y dibujos, Manuel revisó cientos de imágenes desde las antiguas representaciones prehispánicas, hasta las más recientes. Miraba fotografías y tenía que encontrar aquella imagen que resultara definitiva: sencilla, elegante, fácil de recordar y reconocer, vistosa y, sobre todo, que reflejara el espíritu deportivo de la institución.
Fue un trabajo intenso, aproximadamente tres meses, pero sumamente emocionante. Es así como Andrade Rodríguez realizó trazos, líneas y círculos, hasta llegar al famoso triángulo formado con tres círculos unidos entre sí por la periferia. El triángulo con las puntas redondeadas lo pintó de azul marino. Éste representa el eje de las tres tareas y razones fundamentales de ser de la UNAM: la docencia, la investigación y la difusión de la cultura.
En medio de esta figura geométrica estaría la cara estilizada del felino, casi también triangular, misma que pintaría de color dorado. La “U” de la Universidad aparece inmersa dentro de este logotipo, letra formada a partir de los ojos y la nariz del puma, que se contrapone y equilibra al triángulo azul.